Jesús A. Manzaneque

I.E.S. "Isabel Martínez Buendía" - Pedro Muñoz, Ciudad Real, Castilla-La Mancha, España.

lunes, 27 de julio de 2015

Iconografía Clásica - La Nereida Tetis, Peleo y Aquiles


Peleo violando a Tetis entre Quirón y una Nereida
Ánfora ática de figuras negras 
510 a.C. / Staatliche Antikensammlungen, Munich



Tetis en la Teogonía de Hesíodo:

En cuanto a las hijas de Nereo, viejo del mar [...] la diosa Tetis, de plateados pies, sometida a Peleo, dio a luz a Aquiles, destructor de hombres, furioso como un león


 Tetis y Peleo en las Metamorfosis de Ovidio:

Peleo, casado con la diosa Tetis, se ensoberbece menos de su abuelo que de su suegro, pues muchos son nietos de Júpiter, pero sólo él es esposo de una diosa. Pues a ésta había anunciado Proteo que el hijo que concibiera sería más grande que el padre que lo engendrara, razón por la cual Júpiter, aunque la amaba, no quiso que hubiera algo mayor que él en el mundo y, renunciando a ella, ordenó que lo sucediera en sus amores el nieto de Eaco.
Hay en Tesalia un golfo en forma de hoz que si fuera más profundo sería puerto. El mar llega a sus playas y su costa es sólida y no guarda huellas ni vacila cubierta de algas. Cerca de ella hay una selva de mirtos bicolores y una gruta que no se sabe si fue hecha por el arte o la naturaleza, aunque más parece que aquél fue su autor. Allí solía venir Tetis desnuda, montada en un delfín.
Mientras allí dormía la asaltó Peleo; ella rechazó sus ruegos, pero él la hubiera poseído por fuerza de no ser porque la diosa acudió a sus poderes de asumir diversas figuras. Así, tomaba la de ave, él detenía al ave; la de árbol, al árbol él se pegaba; por fin, la de tigre, aterrado, soltó los brazos Peleo. Entonces éste adora a los dioses del mar, con ofrendas de vino y entrañas de oveja e incienso, hasta que surge de un remolino Proteo y le anuncia que realizará sus deseos si, encontrando a Tetis dormida en su gruta, la ata con lazos tenaces y aunque ella tome innumerables figuras no la suelta sino cuando haya regresado a la propia. Después de hablar así el dios vuelve a sumergirse en sus olas.
Estaba el sol por ponerse cuando la hija de Nereo se dirigió a su lugar usual de descanso. Peleo la rodea entonces con lazos y no la liberta a pesar de que ella cambia apariencias. Por fin, viendo que no puede soltarse, reconoce que el héroe sigue un consejo divino y se da por vencida y se muestra tal como es. Peleo la toma y deja en su vientre al magno Aquiles.

La boda de Peleo y Tetis
Abraham BLOEMAERT
1638 / Mauritshuis, La Haya



Tetis, Peleo y Aquiles en la Biblioteca mitológica de Apolodoro:

Así se casó [Peleo con Tetis] en el Pelión y allí los dioses celebraron la boda con banquetes y cantando. Quirón le regaló a Peleo una lanza de madera de fresno y Posidón los caballos Balio y Janto, que eran inmortales.
Cuando Tetis dio a luz una criatura de Peleo, queriendo hacerla inmortal a escondidas de Peleo, la metía en el fuego por la noche para destruir la parte mortal que tenía procedente de su padre y de día lo ungía con ambrosía. Pero Peleo acechándola y viendo al niño saltar en el fuego pidió ayuda a gritos. Tetis viendo que se le impedía realizar su propósito abandonó al niño que aún no hablaba y se fue con las Nereidas. Entonces Peleo llevó el niño a Quirón, que lo recogió y lo crió con entrañas de leones y jabalíes y con médulas de osos y le dio el nombre de Aquiles, porque no aplicaba sus labios a los pechos; sin embargo su nombre anterior era Ligirón.


Tetis sumerge a Aquiles en las aguas de la laguna Estigia
Peter Paul RUBENS
1630-35 / Museo Boymans Van Beuningen, Róterdam


  
Tetis toma a Aquiles del cuidado de Quirón
Pompeo BATONI
1770 / Museo del Hermitage, San Petersburgo



 
Tetis y Aquiles en el Diccionario de mitología de Pierre Grimal:

Otra leyenda, en fin, afirma que en su infancia Aquiles fue bañado por su madre en las aguas del Éstige, el río infernal. Esta agua tenía la virtud de hacer invulnerables a todos los que en ella se sumergían. Sin embargo el talón por el que Tetis sostenía al niño no fue tocado por el agua milagrosa y quedó vulnerable.
[...]
Tetis advierte a Aquiles del fin que le aguarda: si va a Troya su fama será inmensa, pero breve su vida. Si se queda, en cambio, vivirá muchos años, pero sin gloria. Sin vacilar Aquiles opta por la vida corta y gloriosa. Tal es la tradición homérica.
Pero los poetas posteriores, sobre todo los trágicos, narran esta partida de una manera muy distinta. Dicen que un oráculo había revelado a Peleo (o a Tetis) que Aquiles moriría frente a Troya. Cuando entre los griegos se debatió la cuestión de marchar al Asia contra la ciudad de Príamo Peleo (o Tetis) trató de ocultar al muchacho vistiéndolo de doncella y recluyéndolo en la corte de Licomedes, rey de Esciro, donde compartía la vida de las hijas del monarca. Allí pasó nueve años. Llamábanlo Pirra (es decir, «la rubia») por sus cabellos de un rubio de fuego. Bajo este disfraz se unió a Deidamía, una de las hijas de Licomedes, con la que tuvo un hijo, Neoptólemo, que más adelante debería llamarse Pirro. Pero el disfraz fue inútil para burlar el destino.
Ulises había sabido, por mediación del adivino Calcante, que Troya no podría tomarse sin la intervención de Aquiles. Inmediatamente salió en su busca y acabó por enterarse del lugar de su retiro. Presentóse entonces en la corte de Esciro disfrazado de mercader y, entrando en el aposento de las mujeres, ofreció sus mercancías. Las mujeres escogieron utensilios para bordar y telas, pero Ulises había cuidado de mezclar armas preciosas con estos objetos. A ellas dirigióse inmediatamente la codicia de «Pirra». Muy poco le costó a Ulises persuadir al muchacho de que se descubriese.

Aquiles en Esciro
Fresco anónimo de la "Casa dei Dioscuri" de Pompeya
Siglo I / Museo Arqueológico Nacional de Nápoles



También se dice que, para estimular la manifestación del instinto bélico de Aquiles, Ulises imaginó otra treta: de repente hizo sonar la trompeta en el harén de Licomedes. Mientras las mujeres escapaban asustadas sólo Aquiles permaneció firme, pidiendo armas; tan poderoso era en él el espíritu guerrero. 
Por tanto Tetis y Peleo hubieron de resignarse a lo inevitable y nada contrarió ya la vocación guerrera de Aquiles. 
Al salir de Áulide, donde se hallaba concentrada la flota griega, Tetis dio al héroe una armadura divina, ofrecida antaño por Hefesto a Peleo como regalo de boda. Añadió a ella los caballos que Posidón le había regalado en la misma ocasión. Además, en un último esfuerzo para conjurar el destino, colocó junto a su hijo a una esclava, cuya única misión era impedirle, con sus consejos, que diese muerte a un hijo de Apolo, pues un oráculo había revelado que Aquiles moriría de muerte violenta si mataba a un hijo de Apolo, sin dar más datos sobre él.

Tetis entrega a Aquiles las armadura fabricada por Hefesto
Anton VAN DYCK
1630-32 / Museo de Historia del Arte de Viena













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